La zona mesopelágica: infografía sobre una de las áreas más desconocidas de nuestro planeta
Últimas noticias
AZPilotManager: Un avance en la gestión de las pruebas de I+D en la Industria Alimentaria
Primera evidencia científica de la fidelidad del atún patudo al golfo de Bizkaia
La responsabilidad de la industria alimentaria en la lucha contra el cambio climático: hacia procesos más eficientes y sostenibles
La zona crepuscular o mesopelágica es la capa oceánica que se encuentra entre los 200 y los 1000 metros de profundidad. La principal característica de esta zona es que no llega luz suficiente como para poder realizar la fotosíntesis por lo que no hay algas.
Esta zona ocupa desde el Ártico hasta el océano Antártico y alrededor del mundo. Es diferente en cada lugar, cambiando rápidamente conforme se mueven el agua y los animales. Además, es profunda, oscura y fría, con altísimas presiones.
Para dar a conocer esta desconocida zona, con la financiación del proyecto Summer H2020, se ha hecho la siguiente infografía de la manos de la ilustradora Alazne Zubizarreta y el investigador Raúl Prellezo.
Índice de contenidos
La importancia y el potencial de la zona mesopelágica
El avance de la investigación y la tecnología ha permitido mejorar en gran medida nuestro conocimiento del océano y sus recursos naturales. No obstante, aún quedan ecosistemas por explorar. Según investigaciones recientes, la biomasa de peces en esta zona podría ser de 10.000 millones de toneladas, cifra 10 veces mayor que la de todos los demás peces juntos, lo que los sitúa como el mayor y último recurso vivo que la humanidad aún no ha explotado.
Las especies que habitan la zona mesopelágica son muy importantes para el equilibrio del ecosistema porque, por un lado, sirven de alimento para muchas especies comerciales como los túnidos. Pero, además, su firma de alimentarse da lugar a la mayor migración animal en términos de biomasa. Los peces mesopelágicos suben a la superficie de noche para alimentarse y regresan a las profundidades para evitar a los depredadores visuales con el secuestro del dióxido de carbono atmosférico correspondiente.
Por otro lado, si nos fijamos en su potencial para la industria alimentaria, si bien no se considerarían para consumo humano como tales (tienen un tamaño muy pequeño y su captura resultaría muy costosa), si que tienen posibilidades como fuente de compuestos bioactivos para la industria nutracéutica y farmacéutica (tienen alto contenido en omega-3) y también como harina para producciones acuícolas y ganaderas.
Proyecto SUMMER, gestión sostenible de los recursos mesopelágicos
Seguimos sabiendo muy poco de lo ocurre en estas profundidades. El proyecto Summer H2020, en marcha desde 2019, busca desarrollar métodos para la estimación precisa de la diversidad mesopelágica y de la biomasa; evaluar el papel de los organismos mesopelágicos como alimento para especies de importancia comercial (por ejemplo, el atún), emblemáticas (por ejemplo, los cetáceos) y de aguas profundas; determinar su contribución al secuestro del dióxido de carbono atmosférico a través de la migración vertical activa (la bomba de carbono biológica); explorar el uso potencial del pescado mesopelágico en las industrias de harina de pescado y alimentos humanos procesados, y de organismos mesopelágicos como fuentes de compuestos bioactivos para productos farmacéuticos y nutracéuticos; y desarrollar una herramienta de apoyo a la toma de decisiones para evaluar las compensaciones entre los diferentes servicios de los ecosistemas.