PROVALUE

La recuperación de aceites ricos en ácidos grasos omega-3 a partir de hígado de bacalao, la obtención de isoflavonas procedentes de la okara o la generación de adsorbentes empleando cáscaras de huevo son opciones técnica y económicamente viables para dar valor a los desechos agroalimentarios. Así lo estiman los resultados del Proyecto PROVALUE, que ofrece estas y otras soluciones innovadoras para reducir la cantidad de residuos que la industria agroalimentaria desecha.

Antecedentes y objetivos

Un tercio de los alimentos que se producen en Europa son desperdiciados, lo que supone más de 100 millones de toneladas al año, según datos de la Comisión Europea. El desperdicio se produce en toda la cadena alimentaria, desde el agricultor hasta el consumidor final, pero es en la primera fase, la correspondiente a productores e industria alimentaria, donde se concentran pérdidas de entre el 30 y el 40 %.

Los principales problemas de las empresas agroalimentarias en relación a los residuosson el aumento de los costes y la disminución de la competitividad. En este sentido, la generación de subproductos reduce la producción y conlleva la necesidad de gestionarlos, muchas veces como desperdicios que acaban en vertederos.

Además, la legislación ambiental de la Unión Europea es cada vez más exigente con el tratamiento de los estos desechos. La Directiva 2006/12/CE establece la obligación a los estados miembros de fomentar la reducción de residuos y la Directiva 2008/98/CE incluye la definición de subproducto y establece la jerarquía de acciones para su disminución y tratamiento: en primer lugar, prevención (tratar de generar el menor volumen de residuos posible); luego, reutilizar al máximo lo que no se aprovecha en una primera fase; después, reciclar; si no es posible, buscar otras formas de darles valor, y sólo en último caso se contempla la eliminación.

Es un hecho preocupante para el sector, que busca nuevas formas de aprovechar los desechos agroalimentarios para que no terminen en la basura.

A ello se ha dedicado el proyecto PROVALUE (“Promoción y capitalización de soluciones de valorización de residuos en la industria agroalimentaria del SUDOE”), centrado en la búsqueda de soluciones innovadoras para los países del sudoeste europeo (en concreto, Francia, Portugal y España).

Objetivos

PROVALUE Se enfoca a la consecución de una de gestión sostenible de los subproductos en la agricultura y la industria alimentaria y a la convergencia hacia un modelo sin desperdicios. Así, ha tenido como objetivo encontrar esas nuevas propuestas para valorizar los residuos e investigar las tecnologías que lo hacen posible. Se prima el uso de estos subproductos para uso alimentario humano, como prioridad, mediante la extracción de compuestos de elevado valor, y para la alimentación de animales, en segundo término. Después vendrían los aprovechamientos industriales, centrados en la obtención de energía  o la valorización para usos agronómicos.

Para lograr estos usos  es necesario experimentar y validar las mejores tecnologías de tratamiento y valorización, y poner estos conocimientos a disposición de las industrias del sector. Se ha trabajado con 70 empresas, seleccionando nueve de ellas para la realización de estudios “ad hoc”.

Entre los 18 subproductos estudiados se encuentran algunos tan curiosos como la okara (proveniente de la producción de leche de soja) o las conchas de crustáceos, y otros más comunes, como los alperujos de la oliva, residuos de zarzamora o hígados de bacalao.

Resultados

La solución más adecuada para cada caso viene condicionada por diversos factores: además del tipo de subproducto, la cantidad generada, la posibilidad de reagruparlo con otros o las infraestructuras presentes en la zona pueden afectar de forma importante a la viabilidad económica de una determinada solución.

Entre las opciones técnica y económicamente viables a las que se ha llegado figuran la recuperación de aceites ricos en ácidos grasos omega-3 a partir de hígado de bacalao, la extracción de isoflavonas de la soja o la generación de adsorbentes a partir de cáscaras de huevo. Otras soluciones propuestas son la obtención de energía (en forma de bioetanol o biogás) o nuevos materiales.

Los resultados han sido transferidos a las empresas involucradas.

Junto a la investigación, el proyecto PROVALUE ha trabajado en la creación de un “Polo de Excelencia en valorización de subproductos de la industria agro-alimentaria”, que promoverá la colaboración entre investigadores, centros tecnológicos y empresas para el aprovechamiento de residuos (restos de vegetales, cárnicos o de pescado, que se descartan al elaborar los productos alimentarios). Esta iniciativa ha suscitado gran interés, con más de 40 empresas interesadas.