Los animales marinos de hábitats intactos también corren peligro por el impacto humano
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- Un estudio sobre 21.000 animales marinos revela que muchas regiones costeras también corren un riesgo mayor de lo que se creía.
El cambio climático y otros impactos humanos están poniendo a los animales marinos en peligro de extinción, incluso a aquellos que viven en hábitats marinos casi prístinos y en diversas regiones costeras, tal y como se muestra en un nuevo estudio liderado por Casey O’Hara, del National Center for Ecological Analysis and Synthesis (NCEAS) de la Universidad de California, publicado en septiembre de 2024 en la revista de acceso abierto PLoS ONE*.
Las actividades humanas en tierra y mar, en combinación con el cambio climático, están degradando los ecosistemas costeros, aumentando el riesgo de extinción de múltiples especies y amenazando importantes servicios ecosistémicos de los que dependen los seres humanos. Sin embargo, para hacer frente con eficacia a estas amenazas, es importante comprender dónde y en qué medida los factores de estrés causados por el hombre están afectando a los ecosistemas marinos.
En un nuevo estudio, el equipo investigador calculó el impacto de las actividades humanas en más de 21.000 especies animales marinas de todo el mundo, teniendo en cuenta su exposición y vulnerabilidad a factores de estrés como la pesca, el transporte marítimo y las amenazas terrestres. A continuación, se trazó un mapa de los impactos en todo el océano mundial, identificando los lugares donde los impactos provocados por el clima se solapan con otros factores de estrés causados por el ser humano.
El análisis realizado demostró que incluso los hábitats relativamente intactos pueden albergar especies de alto riesgo. Además, muchas regiones costeras con una gran diversidad de especies pueden estar más amenazadas de lo que se creía, ya que muchos estudios anteriores estaban centrados en los hábitats y no en las especies. El equipo también descubrió que los efectos del cambio climático (el aumento de la temperatura de la superficie del mar y la acidificación de los océanos) eran mayores que otros factores de estrés de origen humano, independientemente del ecosistema estudiado.
Los corales son el grupo marino más amenazado, mientras que los moluscos, los calamares y los pulpos, los equinodermos, como las estrellas y los erizos de mar, y los crustáceos, como las gambas, los cangrejos y las langostas, también se consideran especialmente amenazados.
Datos para estrategias de conservación más eficientes
Los resultados de este trabajo proporcionan una comprensión más completa de qué especies y hábitats están en peligro y hacia dónde deben dirigirse los esfuerzos de conservación. En este estudio se comparan modelizaciones a nivel de especie (que se centran en el número y distribución de individuos de una misma especie) con modelizaciones basadas en hábitats marinos y también se incorpora una métrica de diversidad funcional basada en los rasgos o atributos funcionales de las especies. La diversidad funcional tiene en cuenta las características biológicas (p.ej. tipo de alimentación), morfológicas (p.ej. forma del cuerpo) y ecológicas (p.ej. preferencia del hábitat). Y agrupa a especies en grupos funcionales que pueden estar formados por varias o por una sola especie. Las modelizaciones a nivel de diversidad funcional permiten identificar dónde los impactos sobre especies que cumplen funciones únicas podrían suponer un mayor riesgo para la estructura de la comunidad y la integridad del ecosistema.
“Estos análisis complementarios basados en las especies, los hábitats y la funcionalidad proporcionan una comprensión más integral sobre las amenazas a la biodiversidad marina y pueden ayudar en la toma decisiones a la hora de planificar los esfuerzos para cumplir los objetivos de conservación y garantizar la sostenibilidad de las contribuciones de la naturaleza a las personas”, explica Mireia Valle, investigadora de AZTI que participa en el estudio.
Los participantes en el estudio esperan que estos datos puedan combinarse con información socioeconómica para ayudar a priorizar acciones de conservación eficaces, económicamente eficientes y socialmente equitativas que beneficien tanto a la naturaleza como a las personas.
Casey O’Hara añade: “Nuestro enfoque centrado en las especies ayuda a identificar las prácticas y actividades espacialmente definidas que más afectan a las especies marinas en peligro. Aunque protecciones generales como las reservas marinas exclusivas son eficaces para conservar la biodiversidad marina, también pueden imponer dificultades económicas a la población local y provocar oposición política. Creemos que nuestro trabajo revela oportunidades de intervenciones específicas políticamente viables y rentables para reducir los impactos sobre la biodiversidad, como restricciones específicas de las artes de pesca, mejoras agrícolas para reducir la escorrentía de nutrientes e incentivos para reducir la velocidad de navegación.”
* O’Hara CC, Frazier M, Valle M, Butt N, Kaschner K, Klein C, et al. (2024) Cumulative human impacts on global marine fauna highlight risk to biological and functional diversity. PLoS ONE 19(9): e0309788. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0309788