Entre redes y datos: la revolución tecnológica en la pesca
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La pesca, cuyos orígenes se remontan a hace más de 40000 años, es un claro ejemplo de adaptación y resiliencia. Desde las primitivas redes de fibras vegetales y los anzuelos tallados en hueso hasta las sofisticadas tecnologías actuales, la pesca ha sido un reflejo del ingenio humano y de la necesidad de innovar. La revolución tecnológica de la pesca adquiere una nueva dimensión con la irrupción de la digitalización y de la inteligencia artificial.
GORKA GABIÑA, AINHOA CABALLERO, ELSA CUENDE e IÑAKI QUINCOCES, área de Tecnologías pesqueras sostenibles
En la actualidad, la aplicación de avances tecnológicos es fundamental en los buques de pesca, tanto para las tradicionales embarcaciones de los puertos de Bizkaia (desde Zierbena hasta Ondarroa), como para los sofisticados atuneros congeladores de Bermeo que surcan aguas más lejanas. Esta transformación tecnológica o “revolución tecnológica” no se limita a la construcción de buques de última generación, sino también la implementación de soluciones digitales que mejoran la eficiencia operativa y fomentan una pesca sostenible.
Índice de contenidos
Datos para una pesca más eficiente
La capacidad de medir diversas variables a bordo de los buques pesqueros es de suma importancia y necesidad. El procesado de esta información y su integración junto a datos de diferentes entornos (como pueden ser variables oceanográficas y meteorológicas) permiten una mayor comprensión de los fenómenos asociados a la pesca y, en consecuencia, favorecen la optimización de diferentes operativas en un buque pesquero. Los modelos de aprendizaje aplicados a estos conjuntos de datos hacen posible que los propios sistemas aprendan y mejoren continuamente la interpretación de dichos datos, con el objetivo de potenciar aún más la eficiencia pesquera. La inteligencia artificial se convierte así en una aliada fundamental para la evaluación y seguimiento de los procesos pesqueros.
Existen diversas aplicaciones capaces de procesar una gran cantidad de datos a bordo con el fin de entrenar modelos de aprendizaje, tales como: la mejora de las artes de pesca, de la seguridad y confortabilidad a bordo, la eficiencia energética, la toma de decisión mediante la predicción de zonas de pesca deseadas, el monitoreo de especies protegidas o no deseadas y operativas de evitación de estas, etc. Otro ejemplo de ello es el control y seguimiento de las capturas a bordo mediante sistemas de monitoreo electrónico mediante visión artificial. Sin embargo, el desarrollo de estos modelos de aprendizaje está en una fase incipiente debido a los pocos datos que, a día de hoy, se recogen abordo. Otro uso potencial de los datos generados a bordo es el análisis de multitud de parámetros de diferentes entornos como capturas, consumos, variables ambientales, etc., que permiten desarrollar modelos de predicción de zonas de pesca favorables. Estos modelos son más precisos cuanto mayor sea el número de datos con los que se entrenen y, por lo tanto, aportan predicciones más fiables para la toma de decisiones a bordo.
Por otro lado, los sistemas inteligentes de detección e identificación de poblaciones en tiempo real otorgan una información esencial para que los centros de investigación puedan avanzar en sus estudios, y las autoridades competentes puedan establecer cuotas de pesca que beneficien tanto al ecosistema marino como a la economía local.
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Más tecnología para consumir menos recursos
El paradigma actual de cambio climático hace necesario establecer objetivos para contribuir a su mitigación y adaptación. La neutralidad climática es un factor que también aplica a la actividad pesquera. La tecnología y, sobre todo, el desarrollo de sistemas digitales de monitoreo que caractericen de manera automática los patrones operativos y de consumo de combustible de los buques, contribuyen al desarrollo de estrategias de descarbonización, mediante la mejora de la eficiencia energética o búsqueda de soluciones innovadoras como, por ejemplo, nuevos combustibles o sistemas de propulsión alternativos.
Por otro lado, la aplicación de estrategias de economía circular para reducir la cantidad de residuos generados en la actividad pesquera es algo que cada vez viene con más fuerza y que será necesario abordar en estos próximos años. Esto incluye la reutilización y reciclaje de materiales, la implementación de prácticas de pesca sostenible, y la reducción del desperdicio a través de tecnologías avanzadas de procesamiento y conservación. Además, la colaboración entre gobiernos, industrias y comunidades pesqueras será crucial para desarrollar políticas y prácticas que promuevan la sostenibilidad y la resiliencia del sector pesquero frente a los desafíos ambientales.
Capturas más selectivas para una explotación responsable y sostenible
La reducción del impacto de la pesca en la biodiversidad marina es necesaria para mantener el equilibrio y protección de los ecosistemas marinos. Mejorar la selectividad de las artes de pesca, es decir, mejorar la capacidad para capturar solo aquellas especies necesarias, con valor comercial, y evitar las que carecen de interés, es la clave para adaptarse a la normativa establecida en la Política Pesquera Común.
La mejora de la selectividad se centra en el rediseño de las artes pesqueras, y en el uso de dispositivos de selección que, teniendo en cuenta la morfología, el comportamiento y/o la fisiología de los animales, permitan capturar especies e individuos deseados y favorezcan el escape de ejemplares que no sean el objetivo de dicha pesquería. La evaluación de la efectividad de estos diseños se comprueba en campañas experimentales a bordo de buques oceanográficos y pesqueros en los que las capturas son caracterizadas y analizadas de manera exhaustiva, mediante la aplicación de modelos estadísticos. Adicionalmente la instalación de cámaras subacuáticas en los aparejos de pesca para la observación y posterior análisis de la interacción de las diferentes especies e individuos capturados pueden arrojar luz sobre la efectividad de las medidas de selección implementadas.
Por otro lado, la reducción de capturas de especies protegidas o vulnerables, como los cetáceos, aves o tiburones, es un objetivo crucial de obligado cumplimiento. Sin embargo, la disponibilidad de datos en relación con su captura incidental es limitada. Por ese motivo, el uso de sistemas de monitoreo remoto es clave para mejorar nuestro conocimiento, y poder establecer medidas de prevención y/o mitigación de manera precisa. Esto es primordial para evitar que, ante la falta de datos y la necesidad de abordar un problema de captura incidental, se apliquen medidas generalizadas que no consideren las particularidades de cada pesquería específica.
Los sistemas de monitoreo electrónico pueden, además, aportar información relevante sobre la efectividad de diferentes sistemas de disuasión o evitación de captura de especies protegidas o vulnerables. Es el caso, por ejemplo, de los pingers (sistemas acústicos instalados en los barcos que ahuyentan ciertas especies como los delfines), cuya efectividad en determinadas pesquerías se ha evaluado y demostrado a partir de un monitoreo exhaustivo de la actividad pesquera a través de estos sistemas. Estos datos son fundamentales para garantizar la sostenibilidad de las prácticas pesqueras y la conservación de la biodiversidad marina.
Colaboración para un futuro sostenible
A medida que enfrentamos desafíos como la sostenibilidad de la actividad pesquera, la sobreexplotación de los recursos y el cambio climático, resulta fundamental contar con herramientas avanzadas que optimicen las operativas de pesca y promuevan prácticas más sostenibles. En este viaje hacia el futuro, la combinación de tradición y tecnología y la colaboración entre el sector y la ciencia será fundamental para garantizar que nuestras aguas sigan siendo productivas y saludables para las generaciones venideras.
Este artículo se publicio originalmente en el número 10 de la revista BizkaiaTech.