IBON GALPARSORO, experto en planificación espacial marina de AZTI.

La energía azul, es decir la oceánica y la energía eólica marina, en particular, han sido identificadas como fuentes potenciales de energía renovable, con miras a descarbonizar y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuir a alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.

Gracias a las energías de origen marino, se amplía la capacidad de producir electricidad a nivel local y se reduce la necesidad de transporte marítimo de petróleo o gas, evitando el riesgo de derrames. Además, el contexto actual de aumento de los precios de la energía, las limitaciones de la oferta y la dependencia de terceros países para las fuentes de energía tradicionales están posicionando a este tipo de energías renovables como una fuente de energía estratégica para lograr la resiliencia.

Unos datos sobre el futuro previsto de la eólica marina

En la última década, gracias a los avances tecnológicos, la producción de electricidad a partir de la energía eólica ha crecido exponencialmente en todo el mundo y los costes de producción son cada vez más competitivos (se estima, que para 2050, habrán disminuido un 49%) frente a los combustibles fósiles.

En 2019 los parques eólicos marinos ya representaban el 10% de las nuevas instalaciones de energía eólica en todo el mundo y se espera contribuyan que con más del 20% de la capacidad instalada total de producción de electricidad eólica marina para 2025. Para alcanzar esta tasa de crecimiento, la capacidad instalada global de proyectos eólicos marinos debe multiplicarse casi por diez para 2030 (hasta 228 GW) y seguir aumentando hasta 1000 GW para 2050. Para lograr tales expectativas, los expertos predicen que para 2035, entre el 11% y el 25% de todos los nuevos proyectos en alta mar a nivel mundial contarán con cimientos flotantes.

Por otro lado, si para 2050 la Unión Europea quiere avanzar hacia la neutralidad climática, se estima que aún se necesitan entre 240 y 450 GW de capacidad de producción de energía eólica marina. En esta línea, el Pacto Verde Europeo recoge en su Estrategia Europea de Energías Renovables, que se espera la Unión Europea se posicione como líder mundial en tecnologías limpias.

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Un crecimiento ambientalmente sostenible

Sin embargo, el crecimiento de la producción de energía renovable no debe conducir a un daño ambiental significativo ni comprometer los objetivos ambientales. Estos nuevos proyectos deben ser compatibles con los objetivos de protección y conservación de la biodiversidad (p. ej., ODS 14, Vida debajo del agua, o los objetivos posteriores a 2020 del Convenio sobre la Diversidad Biológica).

El desarrollo de planes para un sector de las energías renovables marinas se encuentra limitado por una serie de barreras denominadas “no tecnológicas” que podrían obstaculizar su futuro desarrollo y, por lo tanto, comprometer los objetivos europeos mencionados anteriormente.  Por un lado, existen interacciones entre los dispositivos y las especies marinas o los hábitats que se perciben como un riesgo ambiental, ya que aún persisten lagunas importantes en el conocimiento científico sobre los impactos ecológicos de las turbinas eólicas debido a la falta de datos ligada a vigilancias ambientales en torno a dispositivos operando en condiciones reales . Esta incertidumbre en el conocimiento hace que exista un gap entre los riesgos percibidos y los reales. Por otro lado, la falta de claridad en los procedimientos administrativos, la excesiva y compleja burocracia, y la incertidumbre en el conocimiento de los potenciales impactos ambientales de estas tecnologías hace que los procedimientos de aprobación ambiental se retrasen. Del mismo modo se hace necesario integrar en el proceso de selección de nuevos emplazamientos de criterios de tipo ambiental, técnico y socioeconómico para una adecuada Planificación Espacial Marina (MSP) de esta nueva industria. Finalmente, para lograr una mayor aceptación por parte de la sociedad hacia el desarrollo de energías marinas renovables, es necesario proporcionar más información sobre el sector. La información debería enfocarse no sólo en los aspectos técnicos y en sus efectos sobre el medio ambiente marino, sino también en su contribución socioeconómica y en cómo dicha energía contribuye a la descarbonización a nivel global.

Enfoque basado en los ecosistemas y en la planificación espacial marina

Los planes adoptados deben aplicar un enfoque basado en los ecosistemas, asegurando que las presiones ejercidas por las actividades marítimas no comprometan el logro de un océano saludable y la resiliencia de los ecosistemas marinos, y su capacidad para suministrar bienes y servicios marinos de manera sostenible. Sin embargo, revisiones recientes han resaltado que los impactos ambientales y los aspectos de MSP todavía se abordan de manera deficiente en la planificación de las energías renovables de origen marino. Por lo tanto, existe una necesidad urgente de identificar y evaluar los riesgos ambientales asociados con la producción de energía en alta mar para prevenir o minimizar los efectos negativos en una etapa muy temprana del proceso de planificación de las energías marinas.

Están surgiendo marcos legales en todo el mundo para apoyar la explotación sostenible de los recursos marinos mientras se preservan ecosistemas saludables y en funcionamiento. Entre otros instrumentos, las Evaluaciones Ambientales Estratégicas (SEA) y las Evaluaciones de Impacto Ambiental (EIA) se utilizan a nivel mundial para gestionar los impactos ambientales de las actividades humanas e identificar los riesgos de los proyectos para evitar efectos adversos y adoptar medidas de mitigación y compensación.

También en AZTI estamos trabajando en crear herramientas que permitan realizar, de una forma sencilla, la evaluación ecológica y la planificación marina. Para ello se han desarrollado herramientas específicas para el análisis del riesgo ambiental de captadores de energía de las olas, WEC-ERA (Wave Energy Converters Ecological Risk Assessment Tool) y el viento WIND-ERA (Ecological risk assessment of offshore wind turbines) . Posteriormente, mediante la herramienta VAPEM (Ecological Assessments and maritime spatial planning tool) hacemos accesible toda la información y modelos desarrollados, de forma libre y gratuita.

VAPEM es una herramienta que pretende avanzar hacia una comprensión integrada de la capacidad de un ecosistema para mantener las actividades con el fin de informar a los gestores y a los responsables de la toma de decisiones. Esta herramienta permite generar mapas y exportarlos, así como aplicar diferentes criterios y escenarios a la hora de identificar zonas idóneas para el desarrollo de proyectos de eólica offshore o de energía undimotriz.

El objetivo es dar a conocer los resultados que estamos obteniendo y que puedan ser utilizadas por los posibles interesados (gestores, industria, ONGs, etc.). Los modelos que hemos desarrollado se podrían aplicar en diferentes zonas geográficas si se dispusiera de las capas de información necesarias para correr los modelos. Los modelos están siendo mejorados y optimizados casi constantemente. Estamos tratando de establecer contacto y recibir feedback de diferentes agentes, de forma que podamos ir depurando y desarrollando herramientas que realmente sean útiles para la gestión.

Referencias

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