La pandemia por COVID-19 y las medidas para afrontarla, han cambiado radicalmente el estilo de vida de diversas poblaciones a nivel global. Uno de los cambios más significativos se observa en los patrones de compra, preparación y consumo de alimentos; aunque el impacto a mediano y largo plazo aún es difícil de estimar. En este contexto, el estudio “Corona Cooking Survey”, que involucra a 38 países, y con participación de AZTI y la Universidad Politécnica de Madrid, en colaboración con FOOMS (Food Media & Society) de la Universidad de Amberes (Bélgica), ha indagado respecto a cómo las medidas de cuarentena influyen en las prácticas alimentarias de la gente y las tendencias actuales en comportamientos relacionados con la alimentación. 

Un total de 37.207 personas participaron en el estudio, con más de 600 participantes en España. Los resultados obtenidos fueron similares en todos los países participantes. Te contamos las principales conclusiones del estudio

1. Cambios en la situación laboral y económica de las personas

  • Aumento del desempleo: Antes del confinamiento, el 78% de las personas encuestadas trabajaba y el 14% estaban desempleadas. Durante el confinamiento, el desempleo aumentó hasta el 24%. También el tipo de jornada ha cambiado: las reducciones de jornada han pasado del 18% al 23% durante el confinamiento.
  • El teletrabajo, no tan beneficioso para todas las personas: las mujeres con hijos pequeños experimentaron más estrés y limitaciones de tiempo cuando trabajaban desde casa y se observó que, a medida que aumenta el número de hijos con los que se convive, disminuye la planificación y preparación de alimentos más saludables.
  • Pérdida de nivel adquisitivo: A nivel económico, 3 de cada 10 personas encuestadas han perdido ingresos debido a la crisis de la COVID-19 y 2 de cada 10 tienen problemas para llegar a fin de mes. El 5% de las personas encuestadas tiene dificultades para disponer de dinero para comprar alimentos. Sin embargo, esa pérdida de ingresos ha sido relacionada con un aumento de la selección de alimentos más saludables en mujeres y hombres. Esto demuestra que es necesario vigilar el estrés financiero, siendo conscientes de que puede relacionarse con un comportamiento alimentario más saludable, incluso cuando los recursos económicos pueden suponer una barrera.

2. Cambios en los alimentos seleccionados y en la forma de comprarlos

  • Alimentos más saludables y menos desperdicio alimentario: es frecuente hacer una lista de la compra y cocinar en casa con ingredientes saludables, elegir una nueva receta de vez en cuando y cocinar con comida que ha sobrado, comportamientos alimentarios y culinarios que se han mantenido durante el confinamiento.
  • La forma de comprar alimentos ha cambiado: las personas participantes van menos al supermercado y compran más online y hacer la compra les resulta más estresante y menos agradable que antes de la COVID-19. Además, no compran grandes cantidades de comida, y sólo en el caso de verduras, pasta, arroz, leche y huevos compran un poco más de lo habitual.
  • Más tiempo dedicado a la cocina: Las personas cocinaron más durante el confinamiento: cocinaron platos principales frecuentemente, eligiendo recetas reconfortantes y saludables y de vez en cuando prepararon dulces (pasteles, bizcochos o galletas entre otros) y pan.
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3. Aspectos psicológicos que influyen en la forma de consumir

  • La COVID-19 provocó una sensación de angustia considerable: el 58% de las personas encuestadas se sintieron nerviosas debido al confinamiento y las mujeres experimentaron más angustia psicológica que los hombres. En general, en las mujeres, la angustia provocó una disminución de la planificación, selección y preparación de alimentos más saludables mientras que entre los hombres aumentó la preparación de comidas más saludables. Esto podría interpretarse como que los hombres ven la cocina como una actividad de «ocio» mientras que las mujeres asumen la «carga» de la cocina diaria, representando para los hombres una salida creativa como forma de aliviar el estrés.

4. La alimentación como forma de evasión

  • Durante el confinamiento, las comidas representan una parte importante del día. Tomar algo o comer de forma virtual es agradable pero un poco incómodo: el 21% participó al menos una vez a la semana en reuniones virtuales para “tomar algo” y el 7% lo hizo para comer, resultando una experiencia agradable para 7 de cada 10 personas encuestadas.
  • Así, el confinamiento y la sensación personal de tener más tiempo percibida por el 53% de las personas encuestadas, favorecieron el aumento de la planificación, selección y preparación de alimentos más saludables. La angustia psicológica fue un obstáculo para las mujeres y un facilitador para los hombres mientras que el estrés económico fue un obstáculo y un facilitador en función de diversas variables sociodemográficas.

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