Un estudio elaborado por el proyecto Trust4Food, co-financiado por la Unión Europea a través de EIT Food, desgranó algunos de los principales atributos que los consumidores atribuyen a determinadas categorías de alimentos. Como muestran las tendencias en consumo, el término saludable copa un importante nicho de mercado y entender lo que las personas relacionan con esa denominación puede ser de gran ayuda a la hora de preparar el lanzamiento de un producto. Así pues, ¿qué conceptos relacionan los consumidores con la comida saludable? ¿Cómo podemos utilizar lo saludable como reclamo?
Se da por hecho que la alimentación tiene un impacto directo, positivo o negativo, sobre la salud, no solo en el cuerpo sino también en la mente. Así, lo saludable, se traduce en natural, fresco, sin pesticidas ni hormonas o medicamentos.
Los alimentos con un alto valor nutricional, como vitaminas, minerales, proteínas o aminoácidos, pueden fortalecer el sistema inmune de las personas y ayudar a prevenir enfermedades, pero, en cualquier caso, los consumidores expresan sus reticencias sobre los denominados “alimentos milagro”. En esta categoría entrarían aquellos alimentos elaborados a partir de un original: los light, saludables, sin azúcares añadidos, sin aceite de palma.
Lo saludable como concepto global
Un aspecto que no debemos pasar por alto es que la salud adquiere una dimensión más amplia de lo que a simple vista podría parecer. No solo se refiere a lo que tiene un efecto directo sobre nuestro cuerpo, sino que se extiende a la autenticidad, la seguridad y la sostenibilidad: un alimento no será saludable si no exactamente lo que dice que es, si no ha pasado todos los controles y, por supuesto, si no es respetuoso con el medio ambiente.
Lo saludable como factor decisivo de compra
En general, la confianza de los consumidores sobre lo saludable es media-baja, pero son conscientes de su relevancia y están dispuestos a evaluarlo en el momento de la compra. A pesar de no ser siempre la razón principal del consumo de un determinado producto alimentario, se está convirtiendo en un motor de cambio en los hábitos alimentarios y de estilo de vida.
No obstante, el uso de lo saludable como reclamo puede ser un arma de doble filo, ya que los esfuerzos por promocionar la compra de estos productos puede ser una fuente desconfianza y suspicacia. Por eso, en estos casos, el respaldo de la ciencia y la transparencia son factor decisivo. Comunicar bien los esfuerzos, demostrar que son sinceros y basarlos en estudios o conocimiento íntegro y con reputación es clave para ganar la confianza del consumidor.
Por otro lado, un buen etiquetado también importante. Al fin y al cabo, es uno de los principales elementos de convicción. Una etiqueta que transmita información clara y transparente puede, sin duda, ser un factor decisivo de compra.