Para muchos, igual que está pasando con la energética, la transición proteica es una necesidad que va camino de convertirse en una realidad. Lo exponíamos en el informe EATendencias 2022: las personas están siendo muy activas en buscar maneras alternativas de consumir proteína. Y es que, entre los problemas de sostenibilidad que supone la producción cárnica, las razones de índole de moral, y una creciente preocupación por llevar una alimentación saludable, la búsqueda fuentes alternativas de proteínas de origen no cárnico están en auge.
Una muestra de esta tendencia la encontramos en los lineales de los supermercados donde los productos a base de proteínas alternativas van ganando terreno.
¿Qué tipo de producto no hay que perder de vista en la transición proteica?
- Productos plant based: elaborados a partir de proteínas vegetales, como guisantes, garbanzos, quinoa o soja. En este apartado, una de las empresas que mejor se está posicionando es Heura.
Fundada en 2017, se dedican a la elaboración de carne 100% vegetal hecha a base de legumbres. Se trata de un proyecto que nace del activismo, por lo que una parte importante de su estrategia es su discurso en favor de la sostenibilidad y la salud, lo que no resta viabilidad a la compañía: sus alternativas a la carne de pollo o de vacuno ya están en los lineales de grandes superficies como El Corte Inglés, Carrefour o Alcampo, y en 2020, triplicaron la facturación del año anterior, llegando a los 8 millones de euros.
Sin embargo, todavía les quedan retos relacionados sobre todo con la textura, sabor, color, umami, experiencia, grasa o jugosidad y, cómo no, también en lo relativo al precio. - Productos fermentados: producidos a partir de la fermentación de microorganismos, como los hongos, las bacterias y las levaduras.
Innomy, una start up con base en Bizkaia, mezcla innovación, usa técnicas de fermentación para realizar cultivos controlados en laboratorio de alimentos a base de hongos con idéntico sabor y textura a la carne. Los hongos filamentosos tienen una estructura similar a los músculos de los animales, y la versatilidad de sus matrices puede ser modificada para conseguir texturas iguales a la carne. Hacen que el hongo crezca en el molde saliendo directamente la forma final. - Carne cultivada en laboratorios: con productos hechos a base de células, sin necesidad de usar animales. Biotech Foods, ubicada en San Sebastián y fundada en 2017 trabaja en el cultivo de células de animales para producir proteína de carne saludable y de alto valor biológico, de una manera eficiente y sin necesidad de sacrificio animal. Recientemente, ha llegado a un acuerdo con JBS (el mayor productor de carne del mundo, presente en 190 países) para unir sus fuerzas e impulsar el desarrollo de carne cultivada en el mercado. De esta forma, JBS tendrá acceso a las tecnologías y producción de BioTech, y ésta tendrá la capacidad industrial, la estructura de comercialización y los canales de venta de JBS.
En cualquier caso, y pese a los avances, aún habrá que esperar un tiempo para que la carne celular llegue a la mesa en España, especialmente por un tema de regulación, aunque también de precio.
Un sector lleno de oportunidades
España es uno de los principales productores cárnicos de Europa, pero se encuentra también en un punto ideal para estar a la cabeza del proceso de transición proteica. De hecho, la eclosión de empresas dedicadas a este campo así lo confirman.
La estrategia europea Farm-to-Fork que persigue la sostenibilidad y la economía circular de la cadena alimentaria, los fondos Next Generation, así como otras estrategias nacionales y locales ofrecen una oportunidad para la innovación y la colaboración en este ámbito
Un último ejemplo en este sentido: CRESCERE es un consorcio empresarial de ocho empresas españolas que destacan por su trayectoria en el campo de la innovación en el sector de la alimentación y bebidas decididas a colaborar para hacer frente al desafío de encontrar nuevas fuentes de proteínas vegetales llamadas a completar la oferta de las fuentes más utilizadas hoy en día por el sector como la proteína de soja. Entre las plantas objeto de estudio se encuentran el brócoli, las coles de bruselas, el repollo, la coliflor, los nabos, la berza verde, la berza común, la moringa, la algarroba, el lupinus dulce (del que se extrae el altramuz), la chufa, las habas y diferentes hongos. Las empresas que forman parte del consorcio son: Kimitec, Carinsa, Ingredalia, Interal, Zyrcular Plant, Delafruit, DomusVi y Tecnopackaging.