El Instituto Europeo de Innovación y Tecnología dedicado al sector agroalimentario (EIT Food) presentó en Food 4 Future, en junio de este año, los resultados de un estudio en el que se preguntó a 474 medianas y pequeñas empresas sobre la percepción y el nivel de implantación de la Inteligencia Artificial en sus instalaciones.
La información recabada de compañías de España, Francia, Italia, Alemania y Polonia, países seleccionados por su volumen de empresas pertenecientes al sector, revela que la mayoría analiza menos de la mitad de los datos que recopila, con solo un 20% que sí los estudia. De hecho, la encuesta revela que cuanto más pequeña es la compañía, menos se recopilan y se analizan los datos.
En general, se puede decir que el nivel de implementación de la inteligencia artificial es aún bajo, ya que el 56,8% de los encuestados declaró no usar ninguna tecnología de este tipo. En cuanto a las razones, a pesar de que los beneficios en cuanto a eficiencia y productividad son evidentes, destaca el hecho de que los esfuerzos en temas como la planificación o contratación no se ven inmediatamente recompensados frente a la inversión inicial.
A continuación, se presentan algunos de los resultados más relevantes:
- Cuanto menor es la empresa agroalimentaria, menos análisis de datos realiza. En la mayoría de los acasos el análisis se hace con herramientas básicas como Microsoft Excel.
- Se percibe un mayor potencial de la IA entre las secciones de producción que entre otras áreas empresariales como recursos humanos, gestión o marketing.
- El nivel de implementación de la Inteligencia Artificial es todavía bastante bajo. Las tecnologías más expandidas son robótica, sensores y soluciones relacionadas con machine learning.
- Las empresas que coinciden en el impacto positivo de la IA son las que más esfuerzos y recursos dedican a la recogida y análisis de datos. Las empresas dedicadas a los productos frescos son, por otra parte, las más reticentes a aceptar las ventajas de esta tecnología.
- Las empresas agroalimentarias tienen una percepción positiva sobre el impacto de la IA en el futuro (medio-largo plazo). Sin embargo, no tienen intención de invertir en IA en los próximos dos años.
- Las principales barreras a la hora de aplicar IA son la carencia de personal cualificado en competencias digitales y la dificultad de adquirir los conocimientos necesarios. Casi el 50% de las empresas declararon tener menos de un 5% de personal capaz de entender los beneficios de la IA o el machine learning.
- El acceso a entornos de aprendizaje prácticos para adquirir experiencia de primera mano y llegar a comprender el potencial retorno de la inversión es un factor clave para la adopción de la IA.
El informe completo está disponible en este enlace (en inglés).