Un nuevo estudio en el que participaron 19 642 consumidores de 18 países revela que cada vez son menos los consumidores que afirman elegir alimentos sanos y sostenibles, en un clima de pérdida de confianza en el sector alimentario.
Según el último informe de confianza de EIT Food, que acaba de llegar a su sexta edición, menos de la mitad (45 %) de la población europea afirma confiar en los alimentos en lo que respecta al sabor, la seguridad, la salubridad, la autenticidad y la sostenibilidad de nuestro sistema alimentario.
El estudio también mostró que, si bien los consumidores confían mayoritariamente en que los alimentos que consumen son seguros (53 %), muestran escepticismo en lo que respecta a su sostenibilidad y salubridad. Tan solo un tercio (36 %) de los consumidores cree que los alimentos que ingiere son sostenibles, mientras que menos de la mitad (44 %) los considera saludables.
Menos consumidores toman decisiones saludables y sostenibles
Este escepticismo en torno a la sostenibilidad podría ser la causa del descenso de la motivación de los consumidores para tratar activamente de llevar un estilo de vida sostenible. En 2020, cerca de 8 de cada 10 consumidores (78 %) declararon que tenían la intención de llevar un estilo de vida sostenible, pero desde entonces esa cifra ha ido reduciéndose progresivamente hasta situarse en un 71 %.
En lo que respecta a la elección de los alimentos, el porcentaje es aún más bajo: menos de la mitad de los consumidores (49 %) afirma tener en cuenta el impacto ambiental de su dieta a la hora de elegir qué comer. En 2020 y 2021, este dato era del 51 %; en 2022, del 48 %.
En el caso de la sostenibilidad de los alimentos, se lleva tiempo trabajando en sistemas de comunicación efectivos, que ayuden a los consumidores a tomar las mejores decisiones con transparencia. La ciencia es la gran aliada en este aspecto y muestra de ellos es Enviroscore, un sistema científicamente robusto de etiquetado en 5 escalas ( A | B | C | D | E ) que informa sobre el impacto ambiental de alimentos y bebidas basado en la Huella Ambiental de Producto, una metodología recomendada por la Comisión Europea.
La intención de los consumidores de alimentarse de forma saludable también ha disminuido en los últimos años: en la actualidad, el 56 % afirma que intenta comer de forma saludable, en comparación con un 60 % en 2020 y 2021.
Descenso de la confianza en el sector alimentario
El informe refleja un descenso de la confianza de los consumidores en el sector alimentario en general, en lo que respecta a la competencia, la transparencia y la atención de los agentes del sector alimentario, como los agricultores, los fabricantes, las autoridades, los restaurantes y los minoristas.
Los agricultores siguen siendo el grupo del sector alimentario que ofrece más confianza; un 65 % de los consumidores así lo afirma. Sin embargo, esta cifra supone un ligero descenso con respecto al año anterior (67 %), motivado por una disminución de la credibilidad en la competencia de los agricultores. Dos tercios (67 %) de los consumidores creen actualmente que los agricultores desempeñan su cometido adecuadamente, menos que el 69 % del año anterior; sin embargo, esta puntuación sigue siendo la más alta obtenida por un grupo del sector alimentario. Los agricultores también recibieron las puntuaciones más altas entre todos los grupos por ser transparentes (54 %) y demostrar que se preocupan por los consumidores y que actúan en el interés público (53 %).
Los minoristas son el segundo grupo que recibe un mayor voto de confianza. La mitad (50 %) de los consumidores afirman confiar en ellos, lo que señala un descenso con respecto al 52 % de 2022.
Los restaurantes y las empresas de catering obtuvieron una puntuación del 48 %, por debajo del 49 % del año anterior. Aunque más de la mitad de los consumidores estuvieron de acuerdo en que los restaurantes y servicios de catering desempeñaban bien su cometido (54 %), los consumidores no valoraron tan positivamente sus muestras de interés por el público (44 %) ni su transparencia a la hora de elaborar y vender alimentos (39 %).
Por otra parte, menos de una de cada dos personas encuestadas confiaban en los fabricantes de alimentos o en las autoridades (organismos gubernamentales de ámbito nacional y europeo). El informe pone de manifiesto que solo el 46 % y el 45 % de los consumidores declaran confiar en los fabricantes de alimentos y en las autoridades, respectivamente —dato inferior al 48 % de 2021—, mientras que el 27 % y el 32 % respectivamente desconfían activamente de ellos.
Es más, solo 4 de cada 10 (38 %) de los consumidores creen que los fabricantes de alimentos se interesan por las cuestiones que preocupan a la población, mientras que apenas el 37 % consideran que son transparentes y honestos en lo que respecta a la elaboración y venta de alimentos.
Lo mismo sucede con las percepciones relativas a las autoridades, ya que poco más de un tercio de los consumidores opina que las autoridades se preocupan y escuchan lo que piensa la gente corriente acerca de los alimentos (38 %) o que expresan con transparencia suficiente cómo regulan la producción alimentaria (37 %).
La transparencia como la clave para acercarse al consumidor
Una relación más estrecha entre consumidores y productores de alimentos, minoristas y responsables políticos es esencial si queremos crear un sistema alimentario que sea mejor tanto para nuestra salud como para el planeta.
En el centro de todo ello está la necesidad de que el sistema alimentario sea más abierto, y los consumidores deben confiar en que los actores actúan en interés público. Esta labor de creación de confianza es especialmente importante para permitir y acelerar la elección de alimentos sanos y sostenibles por parte de los ciudadanos y su aceptación de nuevos productos alimentarios.
En última instancia, para impulsar la innovación y el espíritu empresarial y crear un sistema alimentario fiable y preparado para el futuro, debemos aunar las mejores ideas de todas las partes interesadas con una comprensión real de las necesidades y deseos de los consumidores y situar a nuestros ciudadanos en el centro del desarrollo, la producción, la distribución y la promoción de los alimentos.
Puedes consultar el informe completo aquí.