Vivimos sumergidos en una vorágine de crisis y noticias adversas que aumentan la ansiedad en la población. Buscar vías de escape se hace cada vez más necesario y, en este sentido, evasión, comida y placer van de la mano y están adquiriendo relevancia.
No hay duda de que hay tendencias en alimentación que responden a aspectos más serios relacionados con la salud o el medio ambiente, pero, pese a lo frívolo que pueda resultar en un principio, el valor de proporcionar instantes de felicidad en el día a día de los consumidores no debe ser menospreciado.
Entender el placer y la relación comida y placer
El disfrute es un factor importante en la toma de decisiones, nos mueve y, a la hora de comprar, motiva al consumidor. Pero el placer es la combinación entre disfrute y satisfacción, por lo que, para que surta efecto, hay que lograr la combinación de ambas.
Las demandas de los consumidores basculan entre la satisfacción y el disfrute. De esta forma, los aspectos que se relacionan con la primera podrían ser:
- La elección de iniciativas éticas y respetuosas con el medio ambiente
- La reducción del consumo de carne y el boom plant pased
- Evitar los plásticos de un solo uso
- Optar por opciones de comida y bebida nutricionalmente fortificadas
Por otro lado, algunos ejemplos de lo que relacionamos directamente con el disfrute según Mintel, podría ser:
- Redescubrimiento de la coctelería casera
- Aumento del consumo de carne
- La popularidad de las dietas rápidas
- Los caprichos nocturnos a base de chocolate u otros dulces
- El aumento de las ventas de bebidas energéticas y champán
- Bollería congelada en casa
Cuando hablamos de la satisfacción no podemos dejar de lado el aspecto saludable. No podemos olvidar que, tras la pandemia, la preocupación por la salud ha aumentado y la gente presta mucha más atención a lo que come. Por eso las opciones conscientes de productos relacionados con el placer culpable. Así, opciones como queso vegano, bollería y chocolates bajos en azúcares y snacks saludables van adquiriendo un hueco importante en el mercado.
Sin embargo, es cierto que, a menudo, estas opciones no parecen cubrir del todo las necesidades en cuanto al disfrute. Por eso, en 2022, hay que reformular la oferta de productos que den respuesta a esta búsqueda. Aportar disfrute requiere el mismo nivel de análisis y reflexión que la que lleva a la satisfacción consciente.
Neutralizar el sentimiento de culpa
Hay que maximizar el placer para reducir la culpa. Algunas pistas para aportar placer a la industria alimentaria:
- Trasladar los márgenes al centro: asegúrate de que tu marca haga que todos se sientan incluidos, impulsa la empatía y la inclusividad y elimina el factor culpabilidad. ¿Por qué no unos cereales que atraigan a los nostálgicos, pero con una formulación más saludable? ¿O un agua con gas dirigido a los fans del rock?
- Redescubrir el placer de la gratificación retardada: en un contexto en el que los envíos rápidos están a la orden del día, consumidores jóvenes están empezando a apreciar las ventajas de esperar para para comer o beber. Es más, la molestia de tener que esperar para lograr lo que queremos puede disipar el sentimiento de culpabilidad generado por el consumo. Productos que saben mejor cuando han reposado pueden ser un ejemplo en este sentido. Otras técnicas que pueden funcionar son anunciar del momento exacto en el que un producto de edición limitada estará a la venta, crear alimentos con diferentes capas y sabores escondidos, o propiciar la experiencia del unboxing.
- Empoderar a los consumidores para creen, compartan y celebren: algunos consumidores muestran culpabilidad por no cocinar más para familia y amigos y admiten que se puede sentir tanto placer preparando una comida que consumiéndola. Por otro lado, la subida de los precios hace que la gente pase más tiempo en casa y la preparación de las comidas puede convertirse en parte del plan. ¿Por qué no facilitar esa preparación y propiciar que adquieran ciertos conocimientos culinarios? Los kits de preparado son una buena solución: facilitan la labor mientras que dan la sensación de ser más caseros.