Las bebidas funcionales vienen pisando fuerte. Entre los consumidores europeos, 3 de cada 4 creen saber qué les funciona en lo que respecta a su salud y bienestar. Efectivamente, se aprecia un mayor interés en el cuidado de la salud, pero, por otro lado, los ritmos y el estilo de vida cada vez frenético hace que la conveniencia sea también un aspecto clave. Todo desembocado en la proliferación de alimentos funcionales y fortificados que aporten al mismo tiempo salud y comodidad, y el sector de las bebidas no es ajeno a esta tendencia .
Son muchos los productos que se están desarrollando sobre este eje. Algunas de las novedades que se ofrecen se centran en la funcionalidad, con productos que prometen un beneficio concreto (como puede ser la concentración), mientras que otras se centran en ofrecer alternativas al no alcohólicas (pensando más en un entorno social) con un plus en cuanto a su formulación, generalmente relacionados con la mejora del sistema inmune.
Aquí van algunas de las novedades que podemos encontrar en el apartado de bebidas funcionales:
- Las cervezas funcionales van ganando y adeptos y, con ellos, se van presentando nuevas opciones, por ejemplo, una cerveza enriquecida con lavanda y azafrán. Ticket ha irrumpido en el mercado británico posicionándose como una pale funcional de origen persa. Esto último se debe a que a estar inspirada en Shams, una cerveza sin alcohol de la época anterior a la revolución iraní. El producto se vende como una combinación de cebada malteada, lúpulo, levadura, azafrán, lavanda y naranja. Si bien es cierto que el azafrán (una de las especias más costosas del mundo) tiene un sabor muy característico y no necesariamente del gusto del mundo, su elección se debe a la voluntad de ofrecer un producto realmente original y único.
En otra opción, esta vez desde Alemania, los ingredientes beneficiosos para la salud se unen a las apreciadas características de la cerveza. JoyBräu está maximizando la cerveza saludable en todo el mundo aprovechando una tecnología patentada para hacer que la nutrición funcional sea deliciosa, natural y divertida. Según indican, esta bebida fortalece el sistema inmunológico, apoya la regeneración y es rica en vitamina C, B12 + B9. - Agua de kéfir. PiQi propone una bebida fermentada viva elaborada con agua, cultivo de kéfir y azúcar orgánico. El proceso de fermentación confiere al agua de kéfir su característico sabor ácido y ligero así como cualidades probióticas. Una bebida vegana que se vende como una excelente forma natural de añadir probióticos a la dieta y favorecer la salud intestinal y el bienestar general.
- Agua botánica con gas con propiedades activas para la salud intestinal y el sistema inmunitario. Jamu Water ha pensado en el sector más joven al desarrollar una bebida que ofrece una alternativa aquellas con azúcar o grandes cantidades de edulcorantes artificiales. Entre sus ingredientes encontramos raíz de malvavisco, inulina de achicoria, equinácea, ortiga o grosella.
- Una bebida para favorecer el rendimiento mental. Clutch es una bebida rica en fibra y nutritiva desarrollada por científicos con ingredientes de eficacia probada que favorecen el rendimiento mental, las funciones psicológicas y la reducción del cansancio y la fatiga. Sin cafeína y con un menor aumento de la glucosa en sangre en comparación con las bebidas con otros azúcares, sus creadores afirman que tiene un efecto de hasta 4-6 horas sin efecto de retroceso, al contrario que muchas otras sustancias que se pueden encontrar en bebidas vitamínicas, energéticas, etc.
La ciencia: el gran reclamo de las bebidas funcionales
Como decíamos antes, el consumidor que se decanta por las bebidas funcionales, lo hace como respuesta a una preocupación en torno a su salud, dando por hecho que lleva a cabo cierta investigación en cuanto productos e ingredientes. En este sentido, el aval científico es clave y se usa como principal reclamo en muchos casos, ya sea reconociendo al equipo científico que hay detrás del desarrollo, a la patente registrada, o a estudios científicos que respaldan las propiedades de determinados ingredientes que podemos encontrar en la formulación.