Nuevos alimentos ante la crisis global

Si decimos que el sistema alimentario global no funciona, lamentablemente, no decimos nada nuevo. Las estadísticas son impactantes. Desde 1975 los niveles globales de obesidad se han triplicado, pero 829 millones de personas siguen pasando hambre. Y, aun así, aproximadamente un 20% de la comida producida en la UE es desperdiciada.

Pero hay otros datos que no podemos dejar de tener en cuenta: nuestra alimentación es responsable de entre un 25% y un 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero, estableciendo un claro vínculo entre nuestro modelo de producción de alimentos, la destrucción de los ecosistemas y el cambio climático.

Con todo esto, cómo y dónde se producen y alimentos, la manera en la que se distribuyen y los hábitos de consumo juegan un papel clave.

 

Alimentación plant-based ¿la solución al problema?

Si bien es cierto que los factores que nos han traído a esta situación son muchos, no hay duda de que la reducción del consumo de carne es algo que hay que se tiene que abordar. El 33% del suelo fértil se emplea en la cosecha de alimento para ganado. Cada año, 13 mil millones de hectáreas de superficie forestal se pierden debido a la conversión de tierras para usos agrícolas como pastos o tierras de cultivo, tanto para la producción de alimentos como de piensos para el ganado, con el consecuente impacto sobre la disponibilidad de agua, la fertilidad del suelo y el cambio climático.

Con todo esto, transitar hacia opciones vegetales se está convirtiendo en una necesidad, pero no puede hacer de cualquier manera. Aquí algunas claves:

  • Ofrecer productos de calidad, que aporten variedad y sean atractivos para el consumidor, tanto por sabor como por precio. No vale solo con decir lo que el consumidor tiene que hacer (comer menos carne) sino que hay que garantizarle una oferta que le permita hacer el cambio con ganas. En  este sentido, la imitación a los productos cárnicos con opciones vegetales está copando un importante hueco en el mercado. The Vegetarian Butcher es un buen ejemplo de ello.Esta empresa fundada por Jaap Korteweg y recientemente adquirida por Unilever, ofrece productos que emulan a la carne, como queda patente desde el propio nombre.
  • Buscar distintos canales para llegar al consumidor. Puede los sustitutos cárnicos no sean la primera opción de compra en el supermercado, pero los restaurantes pueden ser una buena opción para hacer esa primea introducción.Con esta idea, y siguiendo con el ejemplo de The Vegetarian Butcher, hicieron una colaboración con Burger King a través de la Whoper Vegetal, que fue primero probada en Suecia y EEUU y después lanzada a otros 25 países.
  • No repitamos los mismos errores. A día de hoy, aproximadamente 75% de lo que comemos viene de 12 tipos de cultivos y 5 especies de animales. Sin embargo, en todo el mundo disponemos de más de 20 000 tipos de vegetales comestibles. Variar no solo hará que nuestra dieta sea más diversa y menos aburrida. Desde el punto de vista medioambiental, reduce los riesgos de la desaparición de especies y la sobreexplotación de suelos. No todo tiene que ser a base de soja.Para mentalizar tanto a productores como a consumidores, WWF UK y Knorr lanzaron la iniciativa The Future 50 Foods para dar a conocer 50 alimentos vegertales y recetas para hacer con ellos.
  • En términos de salud, que sea plant-based no quiere decir que no haya que tener en cuenta el consumo calórico. Es cierto que, en términos generales, los productos de origen vegetal tienen un perfil nutricional más saludable, con, por ejemplo, menos grasas saturadas, pero el sobreconsumo de calorías es un problema. Por eso conviene apoyar al consumidor a que adquiera hábitos más saludables, a través de un mayor surtido de productos.

Definitivamente, la transición proteica ha venido para quedarse y , con investigación e innovación, son muchísimas las oportunidades que ofrece en el sector alimentario.