ANNA RUBIO y ASIER NIETO, investigadores del área de Oceanografía Operacional

La oceanografía operacional se define como una rama de la oceanografía física que busca ir más allá del simple estudio del océano. Su objetivo es predecir de manera eficaz las condiciones futuras de los océanos, proporcionando así información actualizada y relevante a diversos usuarios del mar. En este contexto, el País Vasco se destaca con su observatorio de oceanografía operacional, Euskoos, que opera desde 2001 gracias a la colaboración entre Euskalmet y AZTI.

Un sistema integral de observación

Euskoos ha evolucionado durante más de 20 años y actualmente se compone de una amplia variedad de plataformas y estaciones costeras. Estas instalaciones miden parámetros esenciales como la temperatura del agua, el oleaje y las corrientes. La red incluye sistemas de videometría que analizan la morfología de las playas y boyas offshore que proporcionan datos sobre salinidad y temperatura, entre otros.

Además, el observatorio cuenta con antenas de radar que generan mapas de corrientes superficiales, permitiendo el seguimiento de contaminantes y objetos a la deriva. Para complementar estas herramientas, un sistema de mareógrafos permite estudiar el nivel del mar y la agitación en zonas cerradas. Desde 2021, Euskoos también cuenta con dos planeadores submarinos, conocidos como gliders, y desde 2023 con un vehículo autónomo de superficie.

Gliders: innovación en la observación submarina

Los gliders son un avance significativo en la tecnología de observación marina. Estos planeadores submarinos, que combinan robótica e inteligencia artificial, permiten la recolección de datos de alta resolución en zonas costeras y oceánicas. Su diseño se compone de tres partes: una parte frontal con sensores, una parte central que alberga el módulo de navegación y baterías, y una parte trasera que incluye un sistema de comunicación por satélite.

Una de las características más notables de los gliders es su funcionamiento sin hélices. Al aprovechar los cambios de densidad en la columna de agua, estos vehículos pueden moverse silenciosamente, lo que les permite operar con una huella de carbono mínima. Cada glider puede programarse para realizar ciclos de inmersión y ascenso, comunicándose bidireccionalmente con los operadores a través de satélite para enviar datos y recibir instrucciones.

En el episodio «Control remoto» del programa Teknopolis, creado por EITB, el investigador de AZTI Asier Nieto muestra cómo funcionan y se ponen a punto los gliders de cara a las distintas misiones a las que se lanzan.

glider asier nieto

Monitoreo de contaminantes y modelización

Los gliders no solo son útiles para la recolección de datos ambientales, como temperatura y salinidad, sino que también permiten el seguimiento de microplásticos y macroplásticos en el océano. Esta información se complementa con datos de otros observatorios costeros, formando una base sólida para desarrollar modelos numéricos que informen sobre la gestión del mar.

Los datos recopilados son esenciales para alimentar bases internacionales de datos de diversas fuentes, contribuyendo a la validación de datos satelitales y modelos numéricos. Iniciativas como el Servicio Marino de Copernicus y EMODnet son ejemplos de cómo se agregan y utilizan estos datos a nivel europeo e internacional, facilitando estudios sobre el cambio climático y sus efectos en los ecosistemas marinos.

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