JON RUIZ.  Experto en Gestión Pesquera Sostenible de AZTI.

Los programas de monitoreo pesquero son esenciales para una gestión eficaz de los recursos marinos, ya que proporcionan a científicos y gestores los datos necesarios tanto para la elaboración de consejos científicos como para el control y vigilancia de la pesca. Con los avances tecnológicos, el monitoreo electrónico, que incluye cámaras, GPS y sensores instalados en buques pesqueros, ha emergido como una herramienta capaz de mejorar este seguimiento y control en las pesquerías.

En la actualidad, la visualización de las imágenes captadas por estos sistemas de monitoreo requiere la intervención de un operario. Sin embargo, la aplicación de técnicas de aprendizaje profundo y visión artificial podría automatizar la identificación de capturas por especie, incrementando el valor añadido de esta tecnología al permitir la obtención de datos de captura de manera objetiva y casi en tiempo real.

Durante el periodo 2021-2023, este proyecto se ha centrado en la flota de grandes atuneros congeladores, donde varias empresas españolas han instalado sistemas de observación electrónica de manera voluntaria en los océanos Atlántico, Índico y Pacífico. El objetivo principal del proyecto ha sido desarrollar un modelo basado en técnicas de visión artificial capaz de calcular automáticamente las proporciones y tamaños de las tres principales especies capturadas por la flota de atuneros que opera con arte de cerco en la franja tropical: el rabil (Thunnus albacares), el atún listado (Katsuwonus pelamis) y el patudo (Thunnus obesus).

El proceso comienza con el preprocesamiento y estandarización de las imágenes debido a las variaciones en ángulos y condiciones de iluminación en cada barco. Luego, se crea un conjunto de imágenes de entrenamiento para capacitar un modelo de aprendizaje profundo que pueda segmentar, clasificar por especie y medir atunes. A partir de las imágenes capturadas en la cinta transportadora en el parque de pesca, el modelo calcula automáticamente la proporción y tamaño de cada especie en cada operación o lance de pesca, transformando estos valores a pesos.

El modelo todavía enfrenta desafíos como la suciedad de la lente, la nitidez de la imagen, los brillos y la superposición entre peces. Aunque los resultados actuales carecen de la robustez necesaria para su aplicación efectiva como herramienta de monitoreo científico y control de la pesca, se están implementando medidas como el uso de cámaras estereoscópicas para generar nubes de puntos en 3D y reconstruir la parte no visible del pez, permitiendo mediciones más completas.

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