Promover hábitos de alimentación saludable en la infancia es esencial para fomentar un estilo de vida saludable y para prevenir enfermedades crónicas y otros problemas asociados en la vida adulta, como diabetes, presión arterial alta, colesterol alto, enfermedades cardiacas y cáncer.

La alimentación es un pilar fundamental en una vida sana, y, más si cabe, a edades tempranas. Alimentándose de forma correcta, variada y equilibrada, un niño o niña logrará un mejor crecimiento y rendimiento tanto a nivel físico como mental.

Cinco hábitos saludables de alimentación en la infancia en la básicos

  1. Desayuno diario, incluyendo una base de cereales, fruta y lácteos. ¿Te animas con la avena?
  2. Consumo de fruta, vegetales y lácteos cada día. A veces cuesta introducirlos, pero se pueden buscar distintas formas como los smoothies que, aunque no sean la mejor opción (siempre es mejor comer la fruta en entero) pueden ser una alternativa saludable. Conocer las propiedades de determinados alimentos (aquí algunos ejemplos como las zanahorias, tomates, aguacates) puede también fomentar su consumo.
  3. Comida de todos los tipos. Viaja por el mundo a través de su gastronomía, incluyendo distintos ingredientes y sabores.
  4. Reducción de azúcar. Guárdate los dulces solo para ocasiones especiales.
  5. Hidratación (sana). Si tienes sed, bebe agua.

Conozco lo hábitos, pero ¿cómo consigo que los sigan?

Una de las múltiples formas que los niños y niñas tienen para aprender es a través de la imitación. Así pues, imitan lo que los adultos hacen, y copiarán y adquirirán los hábitos que observen y sean enseñados. Una herramienta esencial para ayudarlos a desarrollar hábitos saludables es predicar con el ejemplo.

No conviene avasallar. Si queremos hacer varios cambios, es recomendable ir introduciéndolos poco a poco, de forma que se adapten de manera gradual.

Que sea un hábito saludable ni quiere decir que sea aburrido. Los juegos, o hacer partícipes a los más jóvenes en la dieta es un buen truco. ¿Buscas ideas para cocinar con ellos? Aquí tenemos algunas.

Por último, el refuerzo positivo. Más que señalar las acciones que no son adecuadas conviene hacer hincapié en aquellas que se están haciendo correctamente. Menos “esto no se hace” y más, “¡esto está riquísimo”.

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